Salvador Dalí: ¡yo soy un genio!, seguro que tú, que eres gente simple, no has leído mi Diario de un genio...
AS: ese libro me parece un gran capricho.
SD: tu inteligencia no te da para saber que la diferencia entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho dura un poco más.
AS: ¿lo de tu mujer Gala también fue un capricho?
SD: no te lo permito, Gala es una diosa, el sí y no de mi vida, de mi arte, de mis sueños...Los acontecimientos más importantes que pueden sucederle a un pintor son dos: ser español y llamarse Gala Salvador Dalí. Ambas cosas me han pasado a mí. Como mi propio nombre Salvador lo indica estoy destinado nada menos que a salvar la pintura moderna del caos y la pereza. En catalán Dalí quiere decir “deseo” y “tengo Gala”.
AS: te crees que eres lo máximo...
SD: todas las mañanas cuando despierto experimento un placer supremo: el de ser Salvador Dalí. Gala y yo encarnamos el mito más fenomenal que puede crear el amor que trasciende a los seres humanos, el genio y la diosa, borrando el vértigo de lo absurdo y proclamando el orgullo y la calidad del género humano... sin Gala yo no sería Dalí .
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